Las primeras horas tras adoptar un conejito son cruciales para que se adapte con calma a su nuevo hogar. Al llegar, es normal que el animalito esté un poco tímido; por ello es recomendable dejarlo tranquilo en su jaula con agua fresca y heno disponible, evitando agobiarlo o sacarlo de su espacio las primeras 48 horas. Los conejos son sensibles al estrés, por lo que un ambiente silencioso y estable desde el inicio ayuda a que se relajen y confíen.
Preparación del entorno
Antes de traerlo a casa, prepara un lugar seguro y cómodo. Instala una jaula amplia o recinto donde el conejo pueda moverse libremente, con su techo alto para que pueda erguirse sobre las patas traseras. Sitúa la jaula en un área tranquila, alejada de corrientes de aire, calor excesivo o luz solar directa. Dentro del espacio debe contar con:
- Bebedero y comedero: un bebedero de biberón o cuenco con agua siempre limpia, y un comedero estable para el pienso.
- Recipiente para heno: un dispensador o henera donde tenga siempre heno disponible.
- Refugio: una caseta o escondite de madera dentro de la jaula, donde el conejo se sienta protegido.
- Esquinera o bandeja higiénica: un rincón destinado a sus necesidades, que facilita la limpieza y le enseña dónde orinar o defecar.
Con estos elementos esenciales y manteniendo el entorno limpio, podrás cubrir sus necesidades básicas de espacio y comodidad desde el primer día.
Alimentación y cuidado básico
Una alimentación correcta es clave. La dieta del conejo debe basarse principalmente en heno de buena calidad (aproximadamente el 70% de lo que come cada día). El heno fresco es fundamental para su digestión y para desgastar sus dientes que crecen continuamente. Además, ofrece hojas verdes frescas variadas (lechuga romana, espinaca, zanahoria con hoja, etc.) de forma moderada; esto complementa su dieta y le aporta vitaminas. El pienso en forma de pellets se da en menor cantidad, alrededor del 10% de la dieta diaria. Asegúrate de que siempre tenga agua limpia a su alcance (cámbiala al menos cada 2 días).
- Heno siempre disponible: garantiza que mastique continuamente.
- Verduras frescas diarias: variedad de hojas y tallos, poco a poco para que las vaya tolerando.
- Pienso (pellets) moderado: un par de cucharadas al día, según su edad y tamaño.
- Frutas o premios con moderación: trocitos muy pequeños de zanahoria o manzana pueden darse 1-2 veces a la semana como golosina.
Primeros contactos y manejo
Durante los primeros días, la prioridad es ganarse su confianza con calma. No intentes forzar el contacto ni cogerlo excesivamente: deja que sea el conejo quien se acerque a ti. Habla siempre con voz baja y suave cuando estés cerca y, si se muestra curioso, ofrécele un pequeño premio en la mano (por ejemplo, un trozo de zanahoria) para que asocie tu presencia con algo positivo.
- No gritar ni movimientos bruscos: Mantén la calma y aléjate el ruido fuerte.
- Agacharse a su nivel: Esto transmite cercanía y confianza.
- Premios suaves: Un trocito de verdura en la mano anima al conejo a acercarse, facilitando la interacción.
Con paciencia y dulzura, el conejo irá acostumbrándose a tu voz y olor. Acarícialo suavemente sólo si él lo permite, evitando agarrarlo bruscamente para no asustarlo.
Salud y vigilancia: cuándo contactar con un profesional
Observa con atención su comportamiento y heces durante las primeras 48 horas. Ante señales de alerta, contacta de inmediato con un profesional. Algunos síntomas de enfermedad incluyen:
- No come ni bebe: Que no coma, ni beba o que deje de defecar más de 12 horas.
- Letargo o postura anormal: Se muestra muy apático o no salta como de costumbre.
- Secreciones en ojos/nariz: Ojos llorosos, mucosidad nasal o ocular.
- Dificultad respiratoria: Respira con esfuerzo o con sonidos (sibilancias).
- Heces anormales: Heces muy pequeñas, con moco o con sangre.
Si notas cualquiera de estos signos, no lo dudes: lleva al conejo a una clínica veterinaria especializada en animales exóticos o solicita la visita de un veterinario a domicilio, que puede atender urgencias en casa. Frente a cualquier duda, “debe ponerse en contacto con su veterinario inmediatamente” para prevenir complicaciones graves.
Conclusión
Los primeros días con tu nuevo conejo son una etapa de adaptación tanto para el animal como para ti. Ofreciéndole un espacio tranquilo, la alimentación adecuada y mucha paciencia, facilitarás su acostumbramiento. Vigila su salud diariamente y ten en cuenta que consultar con un veterinario (en una clínica veterinaria o a domicilio) ante cualquier problema es siempre la mejor opción. Con estos cuidados básicos y cariño, tu pequeño conejito podrá relajarse y empezar a disfrutar de su nuevo hogar.