Cuando un perro o un gato pasa por una cirugía, comienza una etapa fundamental para su recuperación: el postoperatorio. La intervención realizada por un cirujano veterinario es solo el primer paso; los cuidados en casa y la atención de la familia son igual de importantes para garantizar que la mascota vuelva a estar sana y activa.
En este artículo encontrarás recomendaciones esenciales para cuidar a tu compañero después de una operación y reducir riesgos de complicaciones.
La importancia del postoperatorio
En cualquier clínica veterinaria, tras una cirugía, los profesionales proporcionan indicaciones específicas para cada caso. Seguir estas instrucciones es vital, ya que cada animal responde de forma distinta según su edad, tamaño, condición física y tipo de intervención.
El objetivo del postoperatorio es favorecer la cicatrización, controlar el dolor, prevenir infecciones y asegurar que el animal recupere poco a poco su actividad normal.
Primeras horas tras la cirugía
Las primeras 24 horas son las más delicadas. Durante este periodo, el animal suele estar somnoliento o desorientado debido a la anestesia.
Algunos consejos prácticos:
- Entorno tranquilo: prepara un lugar cómodo, alejado de ruidos y corrientes de aire.
- Supervisión constante: obsérvalo con frecuencia para asegurarte de que respira bien y no presenta sangrado en la zona de la herida.
- Evita escaleras o saltos: los movimientos bruscos pueden abrir los puntos de sutura.
Control del dolor
El cirujano veterinario suele recetar analgésicos o antiinflamatorios. Es fundamental administrarlos siguiendo las dosis y horarios indicados. Nunca se deben dar medicamentos humanos, ya que muchos resultan tóxicos para perros y gatos.
Si notas que tu mascota gime, jadea en exceso o se muestra inquieta, puede ser señal de dolor y conviene consultarlo con la clínica veterinaria.
Alimentación después de la cirugía
Tras la anestesia, algunos animales pierden el apetito. Lo recomendable es ofrecer agua fresca en pequeñas cantidades y, pasado un tiempo, comida ligera.
- En perros: pequeñas porciones de pienso blando o dieta húmeda.
- En gatos: latas específicas para recuperación o comida habitual triturada.
Si rechaza la comida durante más de 24 horas, es motivo para contactar con profesionales.
Cuidado de la herida
La herida quirúrgica debe revisarse a diario:
- Mantén la zona limpia y seca.
- Evita que el animal lama o muerda la herida. Para ello se utiliza el conocido collar isabelino o alternativas como trajes postquirúrgicos.
- No retires vendajes sin indicación veterinaria.
Enrojecimiento intenso, supuración, mal olor o sangrado son señales de alarma que requieren acudir a la clínica veterinaria.
Restricción de la actividad física
El reposo es esencial para evitar complicaciones. Aunque algunos perros quieran correr o saltar al sentirse mejor, es necesario limitar su actividad al menos durante 10 a 15 días, dependiendo de la cirugía.
Los gatos, por su parte, deben permanecer en habitaciones donde no puedan trepar o saltar demasiado. Proporcionarles un espacio reducido ayuda a controlar sus movimientos.
Seguimiento y revisiones
Normalmente, el cirujano veterinario programa una revisión a los pocos días para comprobar la evolución de la herida y retirar puntos si es necesario. Estas visitas son clave para detectar a tiempo cualquier complicación y ajustar el tratamiento si hiciera falta.
Ignorar las revisiones puede poner en riesgo todo el proceso de recuperación.
Aspectos emocionales del postoperatorio
Además del cuidado físico, no hay que olvidar la parte emocional. Algunos animales se sienten vulnerables o ansiosos después de una cirugía. Dedicarles tiempo, hablarles con calma y ofrecer caricias suaves contribuye a que se sientan seguros.
Los gatos pueden aislarse más de lo habitual; respetar su espacio sin dejar de vigilarlos es la mejor manera de acompañarlos.
Señales de alarma a tener en cuenta
Debes acudir a la clínica veterinaria de inmediato si tu mascota presenta alguno de estos síntomas:
- Vómitos o diarrea persistentes.
- Fiebre o temblores.
- Dificultad para respirar.
- Falta total de apetito durante más de un día.
- Herida muy inflamada o con secreción.
Actuar rápidamente puede marcar la diferencia en el pronóstico.
Consejos adicionales para una recuperación segura
- Higiene del entorno: mantén la cama limpia y cambia mantas o sábanas con frecuencia.
- Evita visitas innecesarias: demasiada gente en casa puede generar estrés.
- No bañes a la mascota hasta que el veterinario lo autorice.
- Atiende a los cambios de comportamiento: si está más agresivo o apático, puede ser un signo de dolor o malestar.
Conclusión
El éxito de una cirugía no depende solo del procedimiento realizado en la clínica veterinaria, sino también de los cuidados que recibe el animal en casa. El acompañamiento, la paciencia y la atención a cada detalle son la clave de una recuperación rápida y segura.
Seguir las indicaciones del cirujano veterinario, mantener una buena higiene, controlar el dolor y acudir a revisiones periódicas son pasos fundamentales para devolver a tu mascota su bienestar.
Con el cuidado adecuado, los animales suelen recuperarse pronto y vuelven a disfrutar de su vida con energía y alegría, reforzando aún más el vínculo especial que los une a sus familias.